– Una buena razón para utilizar Linux es para poder decir que lo utilizas cuando alguien te pide que vayas a su casa a arreglar su ordenador. Muchos de ellos no sabrán lo que es, pero ya puedes explicarles que lo que pasa es que tú no usas Windows, con lo cual utilizas otro sistema y, mala suerte, no sabes nada de Windows y no puedes arreglarles nada.

Está bien que seamos una profesión infravalorada, pero de ahí a ser la profesión de los niñatos que lo arreglan todo a domicilio a cambio de un bocadillo de mortadela hay un abismo. Ya bien que cobramos la mitad que un técnico de cualquier otra ingeniería, pero ya formar parte de una ONG gratuita que se dedica a arreglar el mundo de virus y amenazas, pues como que no. Quizá necesitaríamos de un buen número de informáticos de más de 50 años que pusieran -desde su aspecto de pocos amigos y larga experiencia en el NO- algo de orden a este asunto, haciendo ver que nadie sale de casa y pasa la tarde en casa de la cuñada a cambio de unas cuantas sonrisas y una amabilidad exageradamente transitoria.

Cuñados, vecinos, amigos de los amigos, amigos de la mujer y familia de la mujer, o el marido, tíos, primos, sobrinos y un largo etcétera te llaman amablemente para invitarte a tomar un Martini en su casa, comer una paella o enseñarte los avances del niño con el piano. Cuando llegamos siempre nos encontramos con un Windows irrecuperable, la mayoría de veces pirata, lleno de virus, adware, malware y todo lo que acaba en ware, con datos importantes que el usuario no quiere perder pero que, por supuesto, no hizo copia previamente, y con un montón de aplicaciones instaladas, la mayoría también pirata, que el usuario asegura tampoco quiere perder porque no sabría cómo volverlas a instalar. Tras ese panorama desolador, tras años y años de ver cómo todo el mundo aprovecha cualquier momento de la debilidad de uno para robarnos el tiempo en beneficio de un Sistema Operativo mal diseñado, uno opta por instalarse Linux y decir, “lo siento, amigo, eso que tienes ahí parece Windows, ni idea de Windows, yo uso Linux”.

– Otro de los motivos por lo que usamos Linux es porque el tiempo que inviertes en él, es tiempo en el que aprendes de Informática. Un día aprendes cuatro comandos de consola, otro día aprendes cómo acceder al disco, otro día cómo matar un proceso, etc. Al cabo de los años te das cuenta que sabes un montón de cosas, que eres capaz de instalar un servidor web y un servidor de correo electrónico, que sabes qué son los puertos y sabes cómo cerrarlos, abrirlos, has aprendido lo que es un firewall, y ya puedes empezar a decir que sabes cómo funciona tu ordenador por dentro.

En Windows, este tiempo es tiempo perdido, pues damos vueltas y vueltas en torno a un sistema oscuro que no nos deja ver qué es lo que está ocurriendo, que reacciona de forma imprevista a nuestros intentos de arreglarlo, y que el día menos pensado no podemos hacer otra cosa que formatearlo completamente.

Intentar aprender cómo funciona el RegEdit o el Dr.Watson en Windows es una tarea inútil, pues mañana Vista o Windows 7 vendrá con nuevas técnicas que cambiará completamente el sistema, haciendo las configuraciones todavía más escondidas y ocultando todo todavía más si cabe. Entonces tocará intentar aprender todo de nuevo y volver a dar vueltas y vueltas en torno a un sistema que nunca no enseñará qué es lo que está pasando.

– Otro motivo es, sin duda, la seguridad. En Linux no perdemos tiempo instalando Antivirus, AntiMalware, Antiespías y Anti Todo, nuestro sistema no consume recursos extra analizando todos los paquetes que viajan por la tarjeta de red. Nuestro sistema aprovecha mejor el ancho de banda, navega mejor por Internet y está libre de virus sin antivirus. No hay virus para Linux.

Esto que para algunos puede ser una característica interesante, para mí es motivo más que de sobra para elegir Linux, ya que paso el 80% navegando por Internet o utilizando aplicaciones online, con la tranquilidad de que todo funciona correctamente sin atiborrar el sistema de herramientas ANTI que chupan los recursos de mi máquina y protegen de más bien poco. Sin duda Linux es el sistema ideal para navegar por Internet, y no hay que olvidar que muchos usuarios compran un ordenador simplemente para conectarse a Internet.

Linux es Internet e Internet es Linux, ya no sólo porque más del 50% de servidores son Linux, sino porque todos los servicios que conocemos de Internet, http, smtp (correo electrónico), ftp, etc. nacieron de máquinas Unix en las que Linux está basado. Por tanto hacer un FTP, un Telnet o un ssh es algo intrínseco a Linux y parte del sistema operativo. Cuanto más avanzamos en el conocimiento de Internet más cómodos nos sentimos en Linux.

– Linux es más compatible. Esta afirmación que a priori parece un tanto rara, se explica cuando conoces Linux, y conoces los formatos de ficheros estándar, y también los que son libres y gratuitos. Primero te preguntas por qué, si tu Open Office de Linux abre todos los ficheros, incluídos los DOC y DOCX de Windows, por qué el Office de Windows no abre el ODF, que es un formato internacional estándar aprobado por ISO hace años. Tras este primer mosqueo empiezas a comprobar cómo existen ficheros abiertos con formatos libres para casi todo, desde el dibujo vectorial, la música, las imágenes, los textos, los documentos… todos los formatos libres estándar resulta que son incompatibles en Windows en especial con las herramientas de Microsoft, siendo de uso común en el resto de Sistemas Operativos y por multitud de herramientas.

Por tanto el incompatible es Windows, y no al revés. Windows apoya los formatos propietario y bloquea los formatos libres y los formatos estándar haciéndose voluntariamente incompatible. Es intolerable que tras 10 años de existencia de los ficheros OGG como alternativa libre para el MP3 (formato propietario), envíes un OGG a un amigo y no sea capaz de abrirlo en Vista. ¿Acaso Microsoft no tuvo tiempo de incorporar el codec libre en todos estos años? Este mismo ejemplo lo tenemos con los SVG, los ODF, los PDF y una larga colección de ficheros que Windows se sigue empeñando en bloquear.

También vemos cómo Linux es capaz de leer y escribir en discos duros FAT16, FAT32 y NTFS de Windows, mientras que Windows sólo lee los discos Windows.

– Otro de los motivos que nos invita a utilizar Linux es la gran actividad que existe en la red. Los usuarios que nos dimos cuenta de las grandes ventajas del software libre y lo engañados que hemos estado a merced de las grandes compañías, nos volvemos muy activos en la red, intentando ayudar a otros usuarios que empiezan con el software libre, resolviendo dudas y problemas que otros usuarios se encuentran, participando en foros, escribiendo blogs, etc. De ese modo, esa gran base de datos de conocimiento que es la red, no para de crecer para compensar la posible carencia de medios a la hora de programar aplicaciones.

También nos sentimos muy reconfortados cuando nos ayudan con problemas y, gracias a la colaboración de otros usuarios, hemos conseguido arreglar nuestro Linux sin reinstalar después de haberlo dejado inservible, configurarlo de modo que haga todo lo que nosotros queramos, personalizarlo totalmente a nuestro gusto y conseguir instalar servidores y herramientas de una potencia y una robustez insospechadas.

Utilizar Linux te hace sentirte parte de una comunidad activa, solidaria, implicada e informada, te hace enorgullecerte de pertenecer a un colectivo altruista y comprometido con el desarollo sostenible de Internet y de la informática en general. Ser usuario de Linux te hace sentir bien.

– Linux no tiene sorpresas. Una vez que nuestra tarjeta de TV, nuestro escáner o nuestro módem funciona, ya lo hace para siempre. Linux no te sorprende con que un día deja de funcionar ésto o aquello, o de repente, sin razón aparente, hace “cosas raras” o se cuelga, o lo que ayer funcionaba hoy no lo hace sin haber tocado nada. Eso son cosas de Windows. Linux es robusto, y cuando tocamos un fichero de configuración, si algo deja de funcionar, se arregla simplemente volviendo a tocar ese fichero de configuración para dejarlo como estaba. Nada se ha roto. Todo esto nos invita a enredar, tocar, cambiar configuraciones que otros recomiendan en blogs y probar y probar, y mientras hacemos esto no paramos de aprender, y mientras hacemos esto no paramos de adaptar Linux a nuestro gusto personal. Tras ese reconfortante aprendizaje, ya somos capaces de resolver en minutos cualquier imprevisto y tener nuestro Linux siempre al 100%, sin pantallas azules el día de la presentación.

– En Linux se pierde menos tiempo. En Windows se pierde mucho tiempo para hacer determinadas tareas, ya que muchas veces necesitamos herramientas y tenemos que buscarlas en la red, instalarlas, probarlas, ver que no hace lo que nosotros necesitamos, desinstalarlas y seguir probando. Cuando damos con la herramienta que necesitamos, va y resulta que no hace lo que nosotros queremos porque es una demo, con lo que nos toca buscar un crack y rezar para que funcione. Tras todo esto conseguimos nuestro objetivo, pero debemos desinstalar toda la “morralla” que hemos instalado, rezando para que nuestro sistema no esté lleno de malware después de todo este trabajo.

En Linux hay más información en la red, por lo que a menudo lo que queremos hacer se hace con un par de comandos que encontramos en un blog, uno para descargar la herramienta y el otro para hacer la tarea que queremos. Además, una vez lo hemos logrado, ya lo tenemos para siempre, ya que nada es pirata, todo es libre y podemos dejarlo en nuestro ordenador con toda tranquilidad por si acaso lo necesitáramos de nuevo en el futuro.

En Windows también se pierde mucho tiempo en reinicios. Es increíble la cantidad de veces que hay que reiniciar Windows, no ya cuando instalas cualquier cosa, sino cuando crees que algo está fallando, o cuando una aplicación deja de responder. También la instalación de aplicaciones es lenta y a menudo las aplicaciones llevan más funcionalidades de las que necesitamos. En Windows te terminas acostumbrando a utilizar megaprogramas y “suites” plagadas de funciones para realizar tareas sencillas.

En Linux las herramientas se instalan en segundos y la mayoría de las veces hacen lo que nosotros necesitamos, de forma fácil, con menús tremendamente intuitivos fruto de la colaboración de muchos usuarios y con una eficacia excelente.

– Linux corre más fluido. Al cabo de un tiempo usando Linux, cuando se le pierde el miedo y cuando se deja de hacer pausas inconscientes cuando movemos ficheros o hacemos determinadas tareas, nos damos cuenta de que Linux corre mucho más fluido. Ya no sólo en el manejo de ficheros o en la ejecución de aplicaciones simultáneas, sino en cualquier cosa. Linux fluye más y siempre responde a lo que le decimos, incluso cuando el cursor muestra el estado de espera. Tras este tiempo, cuando volvemos a Windows nos damos cuenta de que el sistema operativo va completamente a trompicones, provocando molestas e inútiles pausas en el usuario. También Windows depende infinitamente más de disco duro, y aunque tengamos una buena cantidad de memoria, Windows no para de rascar de disco mientras Linux apenas lo toca, esto enlentece el funcionamiento normal tremendamente.

También Linux se comporta de manera deliciosa cuando tenemos muchas cosas abiertas, reproductor de música, otro sistema operativo virtualizado, descargas masivas de la red, navegador… todo corre en Linux sin inmutarse, a veces con un porcentaje de consumo de procesador increíblemente bajo. Por otro lado también me gustaría que alguien me explicara por qué Windows XP corre mejor virtualizado sobre un Linux que de forma nativa. Definitivamente Linux corre sobre un núcleo más sofisticado, que maneja muchísimo mejor la multitarea, los ficheros y los dispositivos.

– Linux no molesta. Ciertamente cuando nos convertimos en usuarios avanzados de PC, nos molesta tremendamente que la máquina haga cosas que no le hemos pedido. Si elegimos “reiniciar más tarde”, es precisamente eso, que queremos reiniciar más tarde. No queremos que una aplicación nos esté recordando constantemente que tenemos que reiniciar, ya sabemos que tenemos que reiniciar.

Tampoco nos gusta que si instalamos un messenger, se nos instalen 500 funcionalidades, publicidades, pestañas, comunicaciones con otras aplicaciones y demás maraña de cosas que hacen que nuestro ordenador parezca tener vida propia cada vez que queremos enviar una línea de mensajería a un amigo. Es molesto que el Sistema Operativo decida por nosotros, es molesto que no podamos desinstalar el messenger antiguo, es molesto que no se pueda desinstalar el Explorer, que no se puedan deshabilitar cosas, o que después de hacerlo, se habiliten automáticamente nuevamente. Queremos que el Sistema Operativo responda a nuestros clics, y no por sí mismo. También es irritante que constantemente se nos pregunte si estamos seguros de que queremos hacer algo.

– Aplicaciones cada vez más pesadas. Windows, si bien tiene la ventaja de tener aplicaciones más sofisticadas, que hacen un montón de cosas, a menudo estas funcionalidades son un peso que lejos de ser una ventaja, son un serio inconveniente. El hecho de que para redimensionar una foto, escribir la carta de reunión de vecinos de la comunidad o enviar una línea de mensajería instantánea necesitemos instalar una aplicación de 300Mb. que incorpora un navegador, y una conexión con bases de datos ODBC y 200 componentes, conectores y players multimedia, además de publicidad, es molesto e ineficaz. ¿toda esta super aplicación para hacer una cosa tan sencilla?

En Linux tenemos aplicaciones ligeras que hacen justo lo que queremos, sin tanto peso, sin tanta funcionalidad que no hace sino abrumarnos y hacernos sentir incapaces de encontrar lo que buscamos entre tanta estructura de menú y tanta opción. Eso no quita que en Linux no podamos hacer tareas complicadas, ya que existen aplicaciones para todos los gustos, pero las aplicaciones de uso diario, como por ejemplo el eVince (visor de documentos de Gnome) son extraordinarias porque hacen justo eso, visionar documentos, con las opciones justas.

– Linux se ve mejor. Si os fijáis después de un tiempo utilizando XP, notaréis que Linux muestra mejor las letras. Las letras en Linux tienen un suavizado en pantalla muy mejorado con respecto a XP lo que hace que se muestren más naturales a la vista, no se ven pixeladas. Este suavizado se puede configurar en varios tipos, aunque para pantallas LCD, el suavizado LCD funciona fenomenal. Esto se agradece especialmente en Firefox, OpenOffice o herramientas de uso intensivo de tipos de letra, descansando nuestra vista tremendamente. También Linux nos permite elegir mejor la letra de todo el Sistema Operativo sin que se vea horrible o se descuadren las ventanas o informaciones. Linux se ve mejor y se lee mucho mejor.

– Linux se conecta mejor. No es raro que los informáticos tengamos varios ordenadores, a veces el PC de sobremesa y el portátil, otras veces tenemos pequeños servidores en casa, etc. Para interconectar estos servidores entre sí Linux es infinitamente mejor, ya que tenemos herramientas ya incorporadas en el Sistema Operativo como el Escritorio Remoto, el ssh, etc. y montar un servidor de ficheros, un servidor de vídeo o utilizar FTP sobre SSH es coser y cantar. Linux se desenvuelve como pez en el agua con herramientas de redes, todo funciona bien y con excelentes sistemas de seguridad. Windows es inseguro, el compartir carpetas funciona “a veces” y en general las posiblidades que nos brinda el operativo sin utilizar herramientas de redes son casi nulas.

– En Linux los datos no quedan obsoletos. Aquellos que hemos utilizado Windows durante años hemos visto, después de introducir nuestras pequeñas bases de datos en distintas herramientas las herramientas quedaban obsoletas, no se continuaba con ellas y no se podía migrar los datos. Algunos hasta nos hemos armado de valor para teclear de nuevo todos los datos en alguna herramienta más moderna. Hoy día, muchas empresas siguen sufriendo de este problema, ya que las empresas propietarias de los programas, de código cerrado, deciden descontinuar la aplicación o cobran fortunas por la migración de datos. En Linux esto no pasa, no sólo porque el código fuente de la aplicación es público, por lo que la aplicación nunca caduca intencionadamente, sino también porque se utilizan formatos abiertos que permiten migrar datos fácilmente a aplicaciones más modernas.

En Linux no hay empresas interesadas en hacer tu versión obsoleta para ganar más dinero en la actualización.